Es de Mark Ryden

Es de Mark Ryden

miércoles, 28 de diciembre de 2011

El mismo

Cuando la voz es una, el tono es el mismo, la intención parecida, distinguir la verdad de la mentira es igual a tratar de encontrar un amigo honesto y leal entre políticos... a estas alturas sería lógico tener algo de noción de los puntos cardinales de mi cerebro pero soy tan improbable como inconstante.

viernes, 16 de diciembre de 2011



Un camino de huesos y polvo me subyuga en cada esquina, cara al suelo, guitarra de blues,piernas como hilos sosteniendo el plomo azul de un cielo personal sin eternidad ni deidades, la matemática confusa del silencio se agazapa implacablemente en el sinsentido de las fábulas desmoralizantes y una descarada luna se posa sobre el mundo en espera del regreso a la niñez. Me doy un respiro simple, casi ajeno y devuelvo el tiempo al espacio con un ligero aroma a esperanza. Tal vez hoy sea nota esparcida en el sonido mas antiguo y me revuelque en la ola del despertar.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Hay una suerte de bienestar tibio en la ranura existente entre sus miradas. Una fatalidad diminuta en la rutinaria estancia del más allá. 

Prólogo del desatino, ejercicio implacable de un caos calculado a fuerza de transgresiones insignificantes en apariencia pero sobrecogedoras en su tallo. 

Se cocina un batido de posibilidades que se sugieren como totalidades y se pretende crecer desde las raices del contrincante con la estrategia roedora de la promesa. 

Resultante de este ejercicio, es la pulcritud de las buenas intenciones. 

Armas delirantes de consumo que encuentran en la soledad una victoria desgastante, 
endeble y extraviada.

HAMBRE DE CAMBIAR Consejo Mamila

Advertencia: en este artículo le hago creer que sé de lo que hablo.
Decía Anthony de Mello que desde que éramos peques nos hicieron adictos a una droga terrible; la aceptación. La necesitamos a tal grado que somos capaces de estudiar algo que odiamos con tal de obtenerla. La queremos de papá y mamá, de pareja, superiores y hasta de la mascota (para eso sirven, las pobres… hasta a los peces los queremos para que nos mandes esos curiosos besitos).
Esto me ayudó a encontrar la que parece ser una cura contra el tráfico ilegal de aceptación (o sea, la aceptación de alguien que no sea yo): aceptarme yo solito. Nada nuevo, habrá cientos de miles de personajes que lo dijeron mejor, lo pensaron más y hasta lo lograron pero ahora se lo chutan de mí, si quieren mi aceptación.
Va, suena bien eso de aceptarse, pero, ¿y eso cómo se logra?; ¿habrá que comprar muchos libros, asistir a muchos talleres y tomar muchas terapias?, ¿o bastará con escucharme? En medio del ruido de la mente, que me aleja del ruido de la cuidad, escucharme parece inalcanzable y si acaso he de lograrlo, ¿Cómo distinguir mi verdadera voz de otras voces insertadas? Y es que a veces sospecho que todo lo que digo es el discurso de alguien más, quien a su vez aprendió ese discurso de alguien más y así desde que alguien por primera vez dijo mamá, condenó a Freud a la fama.
Les comparto que tiene muy poco tiempo que escuché por primera vez mi verdadera voz. Y aunque fue decepcionante descubrir que mi voz no es la de James Earl Jones cuando respira como asmático para dar carácter al malvadísimo Darth Vader (por un tiempo pensé que mi voz era igual de profunda e interesante), fui feliz porque reconocí mi voz de inmediato, como si viniera escuchándola desde hace varias vidas (hace un par de vidas fui una planta gigantesca, por si se lo preguntaban). Y no, no eran los sonidos graves de mi carnaval estomacal, ni los chillantes reclamos de mi niño abandonado, era un sonido tranquilizante, poderoso y, sobre todo, elocuente; mi respiración (ay. pero qué mamila). Pero me ha funcionado; nada aquieta el tumultuoso devenir de mis devaneos e insatisfacciones como una respiración consciente.
Revise usted conmigo: ¿siente ansiedad? Escuche su respiración un par de minutos. ¿Está a punto de caer en las garras de la autodestrucción en cualquiera de sus formas? Respire profundamente varias veces antes de actuar (se va a poner high de vida).  Suspire ante el amor, jadee ante el placer, sople ante el paso del tiempo, huela, a lo que sea y lo que sea, pero huela. Entrecortadamente, se respira el miedo, agitadamente se respira la excitación, inevitablemente se respira la contaminación. Y, como un bosque viejo y sabio, no importa cuántas veces destruya usted el hábitat natural de su existencia, siempre puede inhalar mierda y exhalar vida. 
Así las cosas, acepte que le acabo de solucionar la vida para que me sienta más aceptado y respiremos hacia el presente.